jueves, 28 de enero de 2016

TENER UN HIJO Y TOMAR LAS RIENDAS

Es difícil defender un punto de vista que difiere del de tu entorno más cercano, como lo es no aceptar lo que una abrumadora mayoría piensa. Es difícil dar un golpe en la mesa, cuando te han dicho tantas veces que mejor callar y evitar el conflicto. Pero es cierto que, a menudo, es preferible aplicar aquello de "a palabras necias, oídos sordos " y hacer con tu vida lo que quieras.

Vive y deja vivir

Cuando tienes un hijo cambias de rol de inmediato y, a demás, pasas a estar en el punto de mira. No es nada nuevo, solo que hasta ahora lo vivía del otro lado. Ser educadora en la franja de 0 a 3 años te hace cómplice de las familias en esta primera etapa llena de novedades y, en muchas ocasiones, de incertidumbres. No sé cuantas madres, siempre han sido ellas, me han dejado entrever que se sentían juzgadas o presionadas por su entorno... Es curioso, seguramente, motivados por el afán de ayudar, de aconsejar. Pero seamos honestos, hay consejos que dan ganas de decir "quién te ha dado vela en este entierro?".
Es una costumbre muy extendida, la de querer ayudar cuando no te lo han pedido, de creer que como tú ya lo has vivido tienes la experiencia y el conocimiento para opinar con propiedad. Seguro que todos pecamos un poco de eso, cada uno en lo suyo, pero pocos nos libramos. En relación a la maternidad, ya es el no va más. Porque, ¿quién no ha sido madre o tiene una cerca? Y sucede algo que te puede llegar a sacar de quicio, que todo el mundo sabe lo que es mejor para ti y tu bebé.
Cuando una madre se sinceraba y me explicaba que lo estaba pasando mal por este motivo, como educadora, le decía: no dejes que nadie te diga lo que tienes que hacer, toma las riendas. Cuando algunas compañeras del grupo postparto explicaban situaciones, para ellas muy incómodas, provocadas por este afán acaparador de su entorno, les decía lo mismo. Hasta yo, que llevo años arrastrando la etiqueta de rebelde, me estoy mordiendo la lengua (es que vas al súper y la cajera, que es la primera vez que te ve, te suelta una monserga!) Y es una, y otra, y otra... Y si todas callamos nada cambia. ¿Nos hemos acostumbrado a que tener un hijo sea tener que aguantar comentarios de todo tipo? ¡Si es lo más bonito del mundo, dejad que cada persona lo viva como le plazca!

"No puedes vivir tu vida para complacer a los demás. La elección debe ser tuya."
Alicia en el País de las Maravillas

A cada uno le duele lo suyo, se suele decir, y es cierto, también nos puede doler lo ajeno, pero lo nuestro lo sentimos en primera persona. Como madre, lo que más me importa es el bienestar de Juno, y los demás, por mucho que la quieran, no pueden sentir tan bien como yo (y Miguel. Pero como es una reflexión personal, me permitiréis que, por esta vez, solo hable en mi nombre) lo que es mejor para ella.


Los padres son quienes mejor conocen a sus hijos

Es como el hecho de que todo el mundo quiera coger a un bebé; ya he vivido aquello que contaba alguna madre "¡y me lo quitaron de las manos sin apenas conocerme!". En esa ocasión no me importó, aunque me chocó, pero tal vez otro día me moleste, y habrá a quién sí le importe. La sociedad, que nos anula hasta en la manera de criar a nuestros hijos, nos lleva a pensar que somos más extrovertidos y mejores si dejamos que todos cojan a nuestros pequeños, porqué así no serán niños mimados

¿Os dais cuenta de la barbaridad que es llamar mimado a un niño por preferir a sus padres? Basta ya de ese miedo a mimar, qué no sé quién le atribuyó connotaciones negativas a este precioso verbo. 
Yo quiero ser mimada, y mimo a las personas que me importan, a mi familia, a mis amigos... ¿qué les va a pasar, que por un exceso de amor van a...? No se me ocurre que consecuencias negativas puede ocasionar querer y que te quieran. Sin embargo sí sé las consecuencias que acarrea la indiferencia en la crianza, y no hablemos ya de los gritos o esa violencia verbal a la que nos hemos acostumbrado (no seas tonto, no seas llorica, pesado...). Espero que nadie me diga nunca hasta cuanto puedo querer a alguien, si doy más besos de los que su mente tolera, que debo hacer esto o lo otro, porque es mi maternidad y mi hija, y os aseguro que en todo momento pienso en lo mejor para ella.
Cuando vas a un sitio con un bebé es como llevar un regalo, como aparecer en una fiesta con un pastel del que todos quieren un pedazo. Pero, aunque a los adultos nos apetezca mucho catar un cachito del pastel, para ningún niño pequeño lo mejor es pasar de mano en mano. Y no nos auto-engañemos con aquello de "se tiene que acostumbrar a estar con gente distinta porqué si un día se tiene que quedar con alguien...". Abundan este tipo de frases, sin base científica ninguna, que hacen más mal que bien, porque están tan instauradas en el repertorio popular, que la gente se las ha creído sin a penas cuestionarlas. No vamos a dejar de bañar a los niños por si un día no hay agua ¿verdad? 

Así que, cuando escucho eso de que se tiene que acostumbrar a... lo que sea, veo cierto egoísmo por parte de los adultos. Un hijo merece ser cuidado, y cuánto más dependiente es, más necesita a sus cuidadores. Querer acabar con esta etapa de dependencia lo más rápido posible es algo que veo bastante, sobretodo por las presiones sociales, el ritmo de vida, cuestiones laborales, etc. No digamos que es lo mejor para él, sino que no nos queda otra alternativa. 


Los niños tienen como principales figuras de apego y referentes a sus padres (en general); este hecho les da seguridad y les permite establecer contacto con el resto de personas, desde los brazos que le aportan confianza y tranquilidad. Ni siquiera un adulto se siente cómodo con personas que no forman parte de su día a día, menos aún si éstas pretenden tocarle, besarle, etc. Si llora, no corramos a acallarlo, es su manera de comunicarse, se intenta expresar a través del llanto, no le pongamos el chupete para que no rechiste. Tengamos más empatía con los sentimientos ajenos, igual que lo haríamos con un adulto. Los niños no lloran porque sí. ¿Os imagináis que os sentís muy incómodos ante una situación y cuando se lo tratáis de decir alguien os tapa la boca y os balancea repetidamente? Sí, es surrealista.

Cuando un niño se siente inseguro, sobretodo, llora. Entonces viene otra de esas coletillas inconscientes que lanzamos los adultos "no te portes mal...". Pero nada tiene que ver con portarse bien o mal. Por favor, borremos de nuestro vocabulario estas expresiones que tanto daño hacen, y lo hacen porque conlleva una manera de entender la infancia sancionadora y poco respetuosa. Los niños no se portan bien o mal, si que se sienten bien o mal: cuando se sienten mal lloran, gritan, se irritan..., usan sus armas, lo manifiestan como pueden. Ni un adulto sabe, muchas veces, el modo de expresar su frustración, y menos aún, como canalizarla, ¿y pretendemos que un niño, en la edad en que se está de lleno experimentando con las emociones, las domine? Absurdo, ¿no? 

Creo que somos los padres y madres los que tenemos que frenar este tipo de creencias sin fundamento, más cercanas al "siempre se ha hecho así", "conmigo hicieron igual", que a la coherencia. Debemos priorizar el bienestar  de nuestros hijos y que nos deje de afectar el temido qué dirán. ¡Pues que digan! Querer a un hijo, desde mi punto de vista, significa abrirle al mundo y a su entorno, pero a su ritmo, sin forzar las situaciones. Ante todo mucha calma

¿Tenemos las riendas sí o no?

domingo, 24 de enero de 2016

EL BAÑO

Tengo esta entrada pendiente desde que bañamos por primera vez a Juno en casa. Me apetecía mucho hablar de este momento de interacción precioso en mi empeño por dar valor a la cotidianidad. El baño es, sin duda, una de las rutinas de higiene que nos van a acompañar a lo largo de nuestra vida. Y es muchísimo más que un acto asistencial: es una oportunidad para conocerse, para fortalecer vínculos afectivos, para conectar con el otro.

Cuando bañamos a Juno por primera vez fue muy especial.
 Y la segunda vez, y la tercera, y la cuarta, y la quinta...


Es importante para mí que los actos cotidianos, que se repiten con frecuencia, no pierdan la calidad, la magia, ni la ternura, de la primera vez. En realidad es fácil, porque nunca es igual, siempre es una nueva ocasión de encontrarse, de converger. 

Una nueva oportunidad de establecer un diálogo íntimo a partir de miradas, caricias... de movimientos que se van sucediendo, interpretando... que se piden permiso con la mirada, con la pausa en el gesto, que se van sincronizando.

Observar, fascinarse, aprender
Dar protagonismo


 Acompañar la acción autónoma, la iniciativa, desde la proximidad 

Los cuidados son esenciales para el bebé porque necesitan de un adulto que se los proporcione, y ese ponerse en manos de alguien es un acto de confianza. Exponerse con toda su la vulnerabilidad a la acción del adulto, dependiendo totalmente de ella, para ir tomando las riendas poco a poco. 

Cuando bañas a un/a niño/a, primero le desproteges, le despojas de una coraza simbólica. En la desnudez la piel es más sensitiva aún a las manos que lo tocan, a su paciencia o su prisa, a su suavidad o aspereza, a su capacidad para sostenerle o no. 

Wilfred Bion llama reverie a:
"la  capacidad de la madre de devolverle al bebé su experiencia emocional sin metabolizar en forma de pensamientos adecuados para ser contenidos y pensados por él. Es el estado mental requerido en la madre para estar en sintonía con las necesidades del bebé".

Proteger, contener, sostener y tranquilizar

En relación a los adultos que proporcionan estos cuidados, Myrtha H. Chokler expone: 
"Su función es proteger, contener, sostener y tranquilizar al niño en su contacto con el mundo, que, por ser nuevo y renovado permanentemente, le despierta curiosidad, interés y también inquietud, alarma y ansiedad."
Por lo que unas manos que transfieran calidez, que sepan acoger más allá del propio cuerpo, que se tomen su tiempo para, a su vez, dar tiempo, serán unas manos que aportarán calidad a la relación interpersonal y que ayudarán a sentirse bien. 

Sintonizar, compenetrarse

"Aunque el niño tiene una tendencia genética a promover la proximidad o el contacto con una persona y  apegarse a ella, también hay un aprendizaje de la función y es evidente que ésta se va desarrollando hacia aquéllas con las que tiene más  interacción o que le brinden las respuestas específicas más cálidas y adecuadas”.

 J. Bowlby
Mimar todos los elementos que constituyen el baño para que el/la niño/a se sienta cómodo/a es una manera de darle importancia, de aportar valor al instante. Cuidar la temperatura del agua y del ambiente, la intensidad de la luz, el tono de voz... considero que es más importante que disponer de muchos utensilios.


Resonar empático
"...habilidad de la madre para empatizar, reflejar, ecoar los estados internos del bebé, posibilita y asegura el desencadenamiento de ciertos procesos bioquímicos y neurobiológicos que son fundamentales a la maduración de ciertas estructuras cerebrales corticales y subcorticales ligadas al futuro desarrollo socioafectivo del niño."
Karin Fleischer 
El baño proporciona bienestar, sentirse limpio, atendido, cuidado... cuando la persona que acompaña este proceso tiene en cuenta las necesidades del niño, y con esto me refiero, sobretodo, a que tiene en cuenta como se siente. 

Complicidad, juegos, diversión, armonía

El lenguaje no verbal adquiere un papel principal en este placentero ritual. Ritual que se aleja de toda brusquedad, que quiere mantener el equilibrio y la estabilidad de su pequeño cuerpo, anticipando nuestras acciones, y para tal fin, a menudo, no es necesario usar la palabra, es mucho más intuitivo que anunciar lo que sucederá a continuación, más vivencial. 


Cuando empecé mi formación como educadora infantil, vi un vídeo en el que una cuidadora bañaba a un bebé de pocos días, yo entonces aún no había tenido a ningún niño en mis manos, y esa manera tan respetuosa de tratar al pequeño, esa gran delicadeza, no se me olvidará jamás. Fue mi primera aproximación a la figura de Emmi Pikler y el instituto Lóczy.

jueves, 21 de enero de 2016

SI TU LEES ELLOS LEEN

¡Buenos días y feliz jueves!

Ayer volví a ir a la biblioteca con Juno, la primera vez que quise ir pensé en si se podía entrar con un bebé, tal vez sea una tontería, pero yo hasta ahora nunca me había planteado a que sitios se puede ir o no con un niño pequeño... Al final me decidí y la llevé en brazos, me enrollé el pañuelo de porteo con ella hecha una bolita dentro, y hacia allí fuimos. Después, valoré que para ella era más cómodo ir en el cochecito, porque así puede dormir y moverse libremente, mientras yo rebusco y ojeo por las estanterías. Ese día fui por la mañana, sabía que iba a estar prácticamente desierta, y nos fue muy bien: Juno parloteó, pero no tuve la sensación de molestar a nadie, tuvo sueño y durmió, tuvo hambre y me senté en una de las cómodas butacas a darle el pecho. 

La primera vez que das el pecho en público es raro, o para mí lo fue, después lo ves la cosa más natural del mundo. Si haces una vida más o menos normal, y das pecho a demanda, es imposible que te coincida siempre que tenga hambre en casa... ¿Y el estrés que supone estar pendiente de ello? ¡Nada, nada, donde toque!

Cada vez vamos con más frecuencia a la biblioteca, así cojo un montón de cuentos infantiles (voy seleccionando títulos que me gustan para la biblioteca personal de Juno), y algunos libros para mí, que quiero ojear con calma. Me los traigo a casa, los miro tranquilamente, y cuando acabo, a por más.

Ayer, estuve un buen rato a mis anchas en la sección infantil, hasta que acabaron las clases y empezaron a llegar niños y niñas acompañados, en su gran mayoría por mujeres, que parecían ser las madres, y algunos pre-adolescentes. Las mujeres hablaban más alto que los niños, sobretodo preguntaban qué tal esto o aquello. Pasaban los minutos y cada vez el espacio infantil estaba más concurrido, varios cochecitos (¡bien, no soy la única!), y no precisamente arrinconados intentando no barrar el paso... Yo buscaba libros de arte, aunque no me gusta como la mayoría de editoriales lo enfocan cuando se trata de dirigirse al público infantil, y encontré unos cuantos. Tomé nota, por si los encuentro de segundo mano, pues son libros bastante caros.

En busca de ARTE (2005). Ediciones SERRES
¡Mira qué artista! Matisse. COMBEL


En todo ese tiempo, me llamó la atención la actitud de los adultos que acompañaban a sus hijos e hijas: visiblemente aburridos, sentados en sillas demasiado pequeñas y con un decaimiento anímico y corporal evidente. Me sorprendió que no ojeasen los libros que sus hijos iban cogiendo, o que no buscasen ellos mismos otras alternativas... Pero, sobretodo, me chocó que nadie leyera un libro, sin más, aprovechando estar en el lugar perfecto. 

De todos los adultos que había en la sección infantil, tomo como referencia ese día, aunque ya llevo unas cuantas tardes, ninguno tenía un libro en las manos, ninguno leía. 
"La observación es el medio más importante en el proceso de aprendizaje y de transmisión de valores y patrones de comportamientos y de pensamiento" 
(Bandura, 1977).
Y recuperando el famoso spot del plan para el fomento de la lectura: "Si tu lees, ellos leen" ¿os acordáis?


Como os decía, esperaban a que sus hijos hiciesen los deberes (¡malditos deberes!), y algún niño, más pequeño, que miraba cuentos por placer.

Estas impresiones hacen pensar que los adultos no siempre damos un buen ejemplo, ¡con lo que nos imitan los niños para los que somos referentes! Y, ¡ojo!, la gran responsabilidad que eso conlleva... Pero iba de camino hacia casa, y son unos veinte minutos de paseo, y me di cuenta de que había caído en aquello que tanto detesto: el prejuicio.

Prejuicio: opinión preconcebida, generalmente negativa, hacia algo o alguien.

Porque, a ver, allí había en su graaaan mayoría madres (vi a un solo hombre, y vino después a acompañar a su pareja), y si algo he aprendido de la clases post-parto, es de que entre las madres nos tenemos que apoyar, que cada una lo vive como puede... Y yo no sé nada de sus circunstancias personales: no sé si van a la biblioteca porque en su casa no pueden poner la calefacción y hace frío, no sé si viven en un piso compartido con otras familias y no hay espacio para hacer los deberes, no sé si parecían cansadas, enfadadas o distantes por algún problema personal, por un trabajo agotador, etc. Lo que si sé, es que allí solo vi una madre disfrutar de una tarde en compañía de su hija, la que miraba con ella los cuentos, y las demás, parecían desear estar en cualquier otro lugar antes que allí.

martes, 19 de enero de 2016

10 CUENTOS PARA NIÑAS Y NIÑOS

Cuando he tenido que elegir cuentos para la escuela, me he ceñido a lo que, se supone, es más adecuado dependiendo de la franja de edad; pero en cuanto he empezado a escoger cuentos para Juno, me he soltado las ataduras y me he dejado llevar por lo que me pide el cuerpo, por lo que realmente me apetece ofrecerle. 

Inicié mi particular lista de títulos con esta entrada Mi particular selección de cuentos. Resumiendo, los libros que la integran son estos:

SELECCIÓN DE CUENTOS (I)



SELECCIÓN DE CUENTOS (II)

Fue publicar el primer recopilatorio, que ya empecé con la segunda lista con todos los títulos que se quedaron en el tintero, pero claro, en algún momento tenía que parar! Esta vez, me he propuesto no sobrepasar los 10 libros, y los que se queden fuera tendrán su lugar en una tercera lista.

1- La reina de los colores. Bauer, J. Editorial Lóguez.
Este libro dice tanto a través de sus ilustraciones, que es un placer mirarlo y remirarlo, es sencillez y complejidad a la vez. Los colores representan las distintas emociones, pero nada tiene que ver con los clásicos cuentos que tratan el tema de las emociones de un modo reduccionista y didáctico. Para mí, que me gusta la originalidad, abrir un cuento y dejarme sorprender, este álbum ilustrado es una joyita.


2- Diapasón. Devernay, L. Editorial Oceano travesía.
Lo descubrí hace poco en la biblioteca, expuesto sobre un atril, y me llamó la atención de inmediato. He buscado información sobre esta pequeña obra de arte y en la versión original es un acordeón, una pena que no hayan mantenido ese formato tan sugerente. No contiene ni una palabra, es sin duda un álbum para empezar a amar la música, despertar la sensibilidad y dejarse llevar por este particular director de orquesta. 



3- Los cinco horribles. Erlbruch, W. Editorial Juventut.
Ya está bien de tanta princesa rosa y tanto osito achuchable, debió pensar Erlbruch al elegir como protagonistas a aquellos animales socialmente menos atractivos. ¡Y yo que se lo agradezco! Imprescindible ofrecer este tipo de referentes a los niños, que sepan que no tienen la obligación de ser guapos ni adorables, solo ellos mismos.


4- Inés del revés. Jeram, A. Editorial Kókinos.
No es la primera vez que agradezco a mi profesora de literatura infantil y juvenil de la UAB, Lara Reyes, la pasión con la que nos mostraba pequeños tesoros literarios. Es ver Inés del revés y tener su voz en mi cabeza leyéndolo para nosotros. Se trata de un álbum sencillo, tierno y divertido.


5- Frederick. Leonni, L. Editorial kalandraka.
Lo que parece ser una versión renovada de la fábula La hormiga y la cigarra, con su moraleja incluida, transmite en realidad un mensaje distinto, incluso opuesto, os animo a descubrirlo. Ya os recomendé Nadarín, de este mismo ilustrador, en esta ocasión sorprende con una estética diferente y un resultado exquisito.


6- El cerezo. Ana García Puig. Editorial SD Edicions.
Este libro lo vi en una estantería, un día visitando una escuela (seguro fue Congrés-Indians en Barcelona) y lo anoté en mi libreta. No lo he visto en ninguna librería, aunque seguro que se puede comprar a través de su editorial SD Edicions. Tiene un encanto especial, una delicadeza, una poética, que lo hace irresistible.


7- Un libro. Tullet, H. Editorial Kókinos.
Un clásico que no aburre. Un libro que ofrece la posibilidad de ver solo unas cuantas páginas o hacerlo entero, pero sobretodo, es un álbum para interactuar con los niños y las niñas, para hacerles sonreír.


8- Atlas del mundo. Mizielińska, A. y Mizieliński, D. Ed. Maeva Young.
Cada vez que lo veo en alguna librería no puedo evitar cogerlo; me fascina su tacto y sus páginas llenas de mapas y miniaturas con ese toque antiguo al más puro estilo "mapa del tesoro". Una preciosidad.


9- Donde yo vivo. Frances Wolfe. Editorial Juventut.
He dejado para el final dos de los últimos libros que he tenido en las manos estos días: Donde yo vivo, también lo conocí a través de Lara, y cuando lo vi en la biblioteca fue como un ohhh!! Llamativas y realistas ilustraciones, frases cortas y poéticas, sin caer en la ñoñería... ¡Bellísimo!



10- Les coses que guarde. Mónica González serna. Editorial Tàndem.
Y por último, otra belleza: a la derecha, ilustraciones a carboncillo, trazo un tanto indefinido, en contraste con fondos a pinceladas gruesas... A la izquierda, texto breve, sutil, acompañado de un pequeño elemento. Agradezco que álbumes de esta calidad se encuentren en las bibliotecas públicas :)



Sugerencias
Después de publicar la anterior lista, me llegaron comentarios sobre vuestros cuentos favoritos, como Myriam, que me recordaba el genial Freferik, y Alba, El punto (ambos los he incluido porque me encantan a mí también). Judit y Nessa, no recuerdo de qué libros me hablasteis, y demás compañeras y amigas que no tardasteis en escribirme para darme sugerencias... ¡podéis seguir proponiendo!

Sin embargo, Adivina cuánto te quiero y El Pez irisado (lo siento Tere jejjee!! Ya sé que tienen muchos incondicionales), no son santos de mi devoción, tal vez por aborrecimiento, que no digo que no... pero no pueden estar en mi lista, aunque, por supuesto, son dos acertadas propuestas.

Y si os habéis quedado con ganas de más, rebuscad en las estanterías y cajones del espacio infantil de las bibliotecas, y echad un vistazo a las páginas de ilustradores, porque son adictivas! Os tiento con algunas para empezar:


Y con los libros que los Reyes magos trajeron para Juno y así no los incluyo en la lista:

domingo, 17 de enero de 2016

TODO EMPIEZA CON UNA HEBRA DE LANA

Una hebra que se entrelaza en los dedos, que se estira con cuidado, que poco a poco se va desprendiendo de ese ovillo que la recoge.

En el día a día, con Juno comparto muchos momentos de juego: inaugura el día abriendo esos ojazos y esbozando una gran sonrisa, gestos que dan pie a muchos besos y cosquillas. Después, antes del cambio de pañal, suele deleitarme con sus divertidos monólogos, acompañados de mil gestos distintos: sus morritos prueban la manera de entonar mejor, pero también sus piernas, que no paran de moverse, parecen querer hablar, y sus manos que apuntan a mi cara estiran bien sus deditos para lograrme alcanzar. Y juega a emitir sonidos distintos, algunos chillidos, lo que parecen querer ser palabras, entre sonrisas y pausas.

Le gusta que la lleve en brazos de un lado a otro, investigando cuanto hay a su alrededor, realizando algunos giros bruscos de cabeza, abriendo, más si cabe, los ojos. Y salir a la calle y sentir el aire fresco en la cara.

Si estamos en casa, probar de coger las anillas de madera de su sonajero para llevárselas a la boca, estirar de la manta hasta quedar cubierta por ella, levantar la cabeza y parte del tronco, probar de darse la vuelta como un canelón... Le gusta estar en el sofá entre los dos y mirarnos a uno y otro repetidamente. Si está sola conmigo, participar de lo que estoy haciendo: muestra mucho interés por lo que tengo en las manos y a menudo consigue coger lo que pretende. 

Juno persigue con sus ojos la hebra, parece hipnotizada por el vaivén de la lana en cada vuelta que doy al tejido, observa todo el proceso atenta y finalmente sus manos deciden pasar a la acción.


Ha conseguido alcanzar el hilo y tira fuerte de él, no me deja seguir tejiendo. Espero. Entonces sus manos se encuentran, se tocan y se reconocen, se redescubren de nuevo bajo su curiosa mirada.

Capturando momentos: el valor de la cotidianidad, las cosas pequeñas que importan



¡Feliz domingo!

jueves, 14 de enero de 2016

JUGUETES DE MADERA

Continuo mostrando algunos de los regalos que los Reyes Magos le han traído a Juno:

La panera de música
Creo que la música debe estar presente en el día a día de las personas dada su gran importancia. La música nos transmite sensaciones, nos da vida, nos incita a cantar, a bailar, tiene la capacidad de llenar un espacio, de acompañarnos... La música, como el arte, para mí van de la mano, tienen mucho que ver con la creatividad y la sensibilidad, y son un medio de expresión riquísimo que va más allá de las palabras.

Esta panera ha llegado muy llena de instrumentos, contiene un pandero con su baqueta, una flauta de pico, un triángulo, unos crótalos, una castañuela y un tambor xilofónico. Aún así, esperamos ir añadiendo nuevos instrumentos e ir descubriéndolos poco a poco.


Hace años, hice una sustitución en una escuela infantil muy volcada en la música. En esa ocasión yo hacía la función de complementaria, por lo que no estaba dentro de una aula sino ayudando a dirección, y me encargaron hacer un inventario de todos los instrumentos musicales que había en la escuela: aula por aula, espacios comunes, almacén... Tenían muchísimos y de muy buena calidad.

Cuando me puse a elaborar la lista agradecí la educación musical recibida en mi escuela de niña, porque reconocí muchos de ellos, pero aún así, la directora me dijo que como educadora era muy importante que conociese el máximo número de instrumentos y sus nombres. Y son de esas cosas que se te quedan grabadas, porque yo también pienso que se trata de un recurso que hay que conocer bien para poderlo ofrecer a los niños.

Los instrumentos del cesto de Juno son de jugarijugar, también se pueden encontrar en ferias de artesanía y en tiendas especializadas en música, los que venden en los grandes almacenes no suelen ser de muy buena calidad y se nota.

Más madera
Sé que soy la pesada de la madera; con los materiales de la escuela, y más si cabe, con los materiales de juego para Juno. Tengo que decir que, gracias a mi insistencia, casi todos los regalos que hemos recibido para ella son en la línea que nos gusta. 

Pero a veces, con eso de que "es de madera", parece que cualquier juguete vale, y no es así: hay maderas y maderas. Una buena madera, puede ser de distintos tipos de árbol, se aprecia en su peso, en su textura, en su olor, en su sabor y en su aspecto. Porque un buen material de madera lo pueden chupar y disfrutar de su tacto, es un regalo para los sentidos. Sin embargo, todos hemos tenido en las manos juguetes, aparentemente de madera, normalmente pintados y dibujados, que poco tienen que ver con las sensaciones de las que os hablo. Tal vez sea cosa mía, que soy muy purista en este tema, pero yo agradezco cuando la pieza proviene de una carpintería.

Este juego de construcción y transparencias, ideal para jugar sobre una mesa de luz, o en el suelo un día soleado, también es de jugarijugar (han ido a lo seguro). El camión de abajo, ya os lo enseñé, es de una feria navideña de Queralbs. Otra web donde adquirir este tipo de material: Milanta.










miércoles, 13 de enero de 2016

MENÚ DE REYES

La comida de Reyes
Vestir la mesa de un modo especial, elegir un disco para la ocasión, preparar unos platos que has estado seleccionado con mucho cariño y pasar un gran día junto a la familia.

El día de Reyes es nuestro día, nos lo asignamos hace algunos años, no sé ni cómo, ¡porqué mira que es complicado en Navidad cambiar una tradición! A mí me gusta que nuestro día sea la última celebración de las fiestas, somos el cierre, el broche final. El único inconveniente es que ya has comido de todos los topicazos y tienes pocas opciones, si no te quieres repetir.

Lo más complicado es pensar en entrantes fríos, para poder recibir con calma a los invitados sin tener que estar pendiente de la cocina, y que sean distintos a los que has estado comiendo prácticamente en cada casa: el paté, el salmón, las gambas, el jamón y el queso, etc. Nosotros teníamos que ofrecer algo diferente y que gustase a todos, nada fácil.

Este año Miguel propuso de cambiar lo de entrantes y plato principal por un maridaje de vinos y cavas con varios platos presentados uno a uno. Reconozco que al principio me pareció muy mala idea, ya me veía todo el rato montando platos en la cocina, pero el truco fue dejarlo todo preparado y adelantar el máximo de cosas. Finalmente nos desenvolvimos bastante bien. No tan bien como para hacer fotos, pues en cuanto empezó a llegar gente, y más con Juno, nos dedicamos a abrir regalos, charlar y nadie pensó en inmortalizar el momento (con lo fácil que resulta ahora echar cuatro fotos con el móvil, tengo más fotos de las comidas navideñas de cuando era pequeña que de estos últimos años...).


El menú
Entrante: humus, almendras saladas y croquetas
Primero: ensalada de ahumados.
Segundo: huevos poché con foie
Plato fuerte: pollo batzoki
Postre: macedonia en almíbar




Miguel preparó las almendras saladas el día anterior, las tostó en una sartén con aceite, las fue poniendo sobre papel de cocina para quitar el aceite sobrante y las saló, así de fácil. Si pecas de poco aceite la sal se les cae enseguida, hay que tener cuidado con eso.

El pollo batzoki es una receta de El Comidista, él la explica de un modo tan sencillo que resulta facilísima y gustó mucho a todos. Elegimos este plato porque se puede preparar el día de antes, al tener salsita no se reseca e incluso está más sabroso!

Por último, decidimos hacer macedonia pensando en un postre ligero y refrescante, para después seguir comiendo dulces durante la larga sobremesa... Nosotros la hicimos con mango, melón, manzana, naranja y frambuesas, pensando en combinar distintas texturas. Preparamos un almíbar no muy espeso y le añadimos un chorrito de cointreau y vino rancio.

Tengo entradas navideñas para rato, ¡aún me quedan los regalos!

lunes, 11 de enero de 2016

PRIMEROS REYES MAGOS PARA JUNO

Gracias a Juno recuperar la ilusión de la mágica noche de Reyes


La fantasía, la inocencia, la ilusión...


Ya os expliqué hace poquito que los Reyes Magos encontraron el regalo perfecto para Juno en un mercadillo de segunda mano que visitaron. Allí descubrieron estos tres preciosos cuentos, tan diferentes, tan especiales cada uno de ellos. Cuentos que otros niños ya habían disfrutado y que ahora estaban buscando otras manos que pasaran sus páginas, otros ojos que imaginasen más allá de las ilustraciones y unos oídos bien atentos deseosos de escuchar nuevas historias.

Los cuentos no tienen edad si pensamos en la belleza y en las sensaciones que provocan. Como no la tiene un paisaje, la música, el arte...


Os presento los tres nuevos tesoros que van a formar parte de la biblioteca personal de Juno, ella decidirá cuando es el momento de ojearlos y disfrutarlos, pero nosotros se los ofrecemos ya, para que en una sociedad plagada de "Peppa Pigs", "Pocoyós", y demás, tenga otras opciones, pueda decidir. 

Le costará, porque muchos padres elegirán para sus hijos otro tipo de libros (que para mí poco tienen que ver con la literatura, el arte o la poesía). Le costará, porque la televisión le recordará que son otros los referentes que debe adoptar. Le costará, porqué el marketing que desencadenan ciertos personajes es muy potente y los verá prácticamente en todas partes...

Así que nosotros solo podemos hacer una cosa por ella: ofrecerle la alternativa. Si de este modo educamos su mirada y despertamos en ella una sensibilidad, un criterio y unos valores, tal vez no se deje influenciar tanto por esta sociedad de consumo voraz. Y creo que estos cuentos son un  regalo para la mirada, para las manos que aprecien su tacto, más allá de ser leídos.

Hoy tenía que expresarlo, es una batalla donde me siento en clara desventaja, pero no puedo abandonar una lucha tan importante. He visto la sección infantil de las librerías más visitadas y me ha entristecido, incluso en librerías que aprecio bastante, de la selección que hacen se desprende un concepto de infancia muy simplista y poco respetuoso.

Últimamente, cuando vemos la televisión, nos asusta la cantidad de anuncios dirigidos a los niños y las niñas, y los mensajes que lanzan, como los dibujos animados de los canales especiales para niños, porque nada tiene que ver con lo que nosotros queremos transmitir a Juno.



De paso os enseño el mejor regalo que he recibido estas navidades, el que me ha hecho más ilusión con diferencia, es este caballete de madera un poco pintorrajeado, y cojo, porque le falta una pata. Dicen los Reyes que, cuando se decidían a comprármelo, alguien que ya no lo usaba dejó este junto a un contenedor, y así llegó a mí.

Espero que hayáis tenido una buena entrada de año, después de una etapa intensa, como es la Navidad, volver a la rutina espero que no os haya afectado mucho!

Aprovecho para deciros que tengo ya una segunda selección de cuentos y álbumes ilustrados (aquí la primera recopilación) para compartir con vosotros y pronto me quiero poner con la entrada. Pero aviso que está a la cola porque quiero seguir mostrando algunos de los regalos que nos han traído sus majestades de oriente.

jueves, 7 de enero de 2016

LA ESCUELA QUE ACOGE

Me desperté temprano esa mañana para salir pronto de casa y llegar puntual a la escuela Montserrat de Sant Cugat, íbamos de visita con mi grupo de trabajo Reggio y era la primera vez que llevaba conmigo a Juno. 

Recuerdo la espesa niebla que no me dejaba ver el camino, camino que recorría por primera vez. Atrás, en la sillita del coche, Juno aún no había asimilado el madrugón y yo le cantaba canciones para que supiera que estaba allí aunque no pudiera verme.

Llegamos antes de la hora prevista a Sant Cugat, la niebla se iba disipando, pero un frío que no me es familiar aún se calaba dentro. Estábamos las dos en la entrada, yo contemplaba el patio maravillada y las casas de alrededor, vi una escuela arropada por su entorno, como una pieza más de esa calle en la que los vecinos, madrugadores, me preguntaban porqué iba a la escuela un sábado. Al rato llegaron alegres un grupo de mujeres, hablaban entre ellas, se abrazaban y saludaban efusivamente. Cuando me vieron en la puerta inmediatamente me ofrecieron entrar, yo esperaba a otros compañeros para una pequeña reunión antes de la visita, así que les agradecí el gesto y seguí esperando, la escuela se abrió a las voces, los pasos, los cuerpos y la vida, se encendió la luz.

Estas primeras impresiones, como tantas otras primeras veces que acompañan nuestras vivencias, importan. Importa como importa una sonrisa que te da pie a un acercamiento, un olor que te reconforta, una música suave que te da la bienvenida... La escuela Montserrat me fascinó por su capacidad de transmitirme el calor de un hogar, por su coherencia en el conjunto del centro, estancia a estancia y rincón a rincón, porque en esta escuela todos los espacios están cuidados y mimados.

Los espacios exteriores
Como os decía, lo primero que pude ver de esta escuela es la parte del patio que se asomaba a la calle: unos troncos bien alineados, ordenados pensando en los niños y niñas que después inventarían cientos de juegos con ellos, una mesa huerto, una suave rampa... Yo, que soy una entusiasta de los espacios exteriores pensados para ser vividos y disfrutados, que siempre que paso por un colegio o escuela infantil me fijo en cómo tienen el patio (y que, desafortunadamente, he visto tantos patios de cemento, desangelados y descuidados.) ya sentí buenas vibraciones antes de entrar.






Cuidando el detalle
Igual que las casas hablan de las personas que las habitan, una escuela que acoge a las personas que comparten su día a día en ella, que se expresa con cada detalle, en cada espacio, en cada rincón... tiene ese punto cálido, la huella de tantos dedos y tantas manos que la usan, que la desgastan un poco porque se llevan consigo parte del alma del lugar, no son lugares indiferentes sino todo lo contrario.




Compartiendo la mirada
Conservando la memoria de los momentos, las sensaciones, las personas... Dando importancia a la cotidianidad y a lo excepcional, buscando la complicidad, transmitiendo lo vivido.


Aportando coherencia
Los lugares de paso concebidos como rincones del hogar, oportunidades de juego, nexos de unión entre estancias que aportan sentido a la totalidad y que tienen sentido en sí mismos.







Selección de materiales
Si he sentido una conexión especial con esta escuela es, a parte de otros muchos aspectos que ya he ido mencionando, porque escogen los mismos materiales que yo misma elegiría para mi escuela: piedras, semillas, conchas, piñas... 

¡Aprovechándolo todo! Aquello que la naturaleza da, buscándole un nuevo uso a todo lo que desechamos: recipientes, envases, cáscaras... Y presentándolo con el máximo respeto. Creo que los más pequeños tienen el derecho a que se les ofrezcan los materiales de un modo muy cuidado.





Oportunidades de exploración
Una mesa con un espejo aporta ese algo más que hace que sea tan interesante, porque impulsa a ir más allá, ofrece profundidad, simetría, permite a los niños y niñas observarse mientras actúan... Igual que una mesa de luz aporta otras miradas: transparencia, superposición, magia...



Material inespecífico
Cuanto más simple sea el material mayor creatividad e imaginación desarrollará un niño para jugar con él, más opciones le ofrecerá. Materiales que pueden originar juegos muy diversos, presentados con otros elementos, como una tarima, un espejo, etc. incrementan las posibilidades. Combinando entre sí varios elementos desencadenaran otros juegos...










Paredes vestidas, que explican cosas
Me han fascinado estas maravillosas paredes vestidas con objetos sencillos como una red, unas ramas, unas hojas secas... que, a la vez, a través de frases y palabras, transmiten a los visitantes una filosofía educativa, una manera de concebir la infancia, la escuela y la educación. 








Estancias
En la escuela, tanto los pequeños, como las educadoras, cocineras, personal de limpieza, en menor medida, pero también, las familias, etc. pasan muchas horas; crear ambientes confortables y acogedores es una necesidad. Pienso que en este punto se marca la diferencia, una escuela donde vivir, crecer y ser feliz siempre tiene que priorizar el bienestar de todas las personas que conviven en él.

Además, crear ambientes ricos donde jugar, actividad principal y más importante en la infancia (que debería estar más presente en la edad adulta) y poder desarrollar, de este modo, sus potencialidades, su creatividad, sus habilidades personales, etc.





























Higiene y cuidado personal
Los espacios destinados a la higiene y el cuidado personal están integrados totalmente en el concepto de escuela: el mimo puesto en cada detalle es evidente, la mirada hacia el niño y la importancia que se le otorga a esta parte fundamental de la atención a las personas.








Las personas 
Que un equipo educativo te abra las puertas de su escuela es de agradecer, que te dedique una mañana de sábado, mucho más, pero que lo haga con esa ilusión, esas ganas de compartir, de explicarte su historia, sus pasos, su experiencia... ¡Es una gran suerte!

No es de extrañar, cuando las oyes hablar las unas de las otras con tanto cariño, cuando te dicen que todas las personas tienen algo que las hace especiales y muy válidas y ves que saben ver lo mejor de cada una.

Me voy de la escuela Montserrat con una sonrisa dibujada y con mucha energía positiva. ¿¡Va a ser verdad que la utopía es posible?!


"Una escuela amable para Malaguzzi es aquella que ofrece un trabajo constante, que es acogedora, capaz de inventar, habitable, vivible y documentada.
Un lugar de reflexión, de crítica, de investigación y de aprendizaje. Un lugar que da satisfacciones a nivel personal, que invita ala familiaridad, al diálogo y a la supresión de las distancias". 
(Hoyuelos, 2006)
Gracias, equipo de la escuela Montserrat, personas como vosotras incrementan mis ganas de aprender, crecer y ser mejor profesional. Y me han dado unas ganas de aprender a hacer trapillo!! ¡Hasta pronto!