miércoles, 12 de noviembre de 2014

MI DIARIO DE LOS 15 AÑOS

Hoy me apetecía explicar algo personal. Tengo una libreta plagada de garabatos, de frases a medias, de anotaciones y tachones; muchas de esas palabras quedarán en nada, como tantos pensamientos que olvidamos y tal vez merecía la pena atraparlos por un tiempo, o no...

Cuando cursé por primera vez literatura en el instituto tenía grandes esperanzas y altas expectativas vertidas sobre la idea de leer grandes obras y poder escribir y aprender a hacerlo bien. Pero no hizo falta que transcurriera mucho tiempo para que mi motivación se evaporase más rápido que un bote de quita esmalte abierto. 

Pronto vi que no tendría muchas oportunidades de escribir, pero al menos reconozco que leí libros que me encantaron y algunos de ellos, incluso, me marcaron. Tuve la ingenuidad de preguntarle al profesor si le podía entregar algunos de mis escritos, justo empezaba a no romper algo, así que su opinión era para mí muy importante. Éste dijo que sí. Le entregué un texto breve, lo leyó, y sé que lo leyó porque me lo entregó corregido.

Éste fue el texto. Lo conservo porque se me ocurrió entonces copiarlo en un diario. Después de eso pensé que no valía gran cosa lo que escribía, así que, aunque seguí escribiendo, nunca he tenido el cuidado de guardar casi nada.



Os presento mi diario de los 15 años, con las tapas rayadas de tanto usarlo. Me ha dado vergüenza ajena leer algunas páginas! Son mis quince años, era como era. Muy fan de Héroes del silencio, sus letras están por todas partes, pero bastante cursi a la hora de escribir! Yo diría muy ñoña jejjeje!! 




A los 15 ya estaba un poco decepcionada con algunas cosas...


Vidas cruzadas
Quique González

Y esta mañana cuando sonó esta canción en la radio, pensé que había olvidado lo bonita que es.


Al arder la rama 
las estrellas ardieron también, 
y una vez en calma, me largué.
Quiero amanecer mañana 
como un loco después de las seis, 
en un hotel sin dramas, ésta vez. 

Vidas que dejé cruzadas, 
vienen encendiéndose. 
Vidas que dejé cruzadas, 
vienen persiguiéndome. 

Llevo todo el día en cama 
con el volumen de la tele al tres, 
viendo caras largas de John Wayne.

Vidas que dejé cruzadas, 
vienen encendiéndose. 
Vidas que dejé cruzadas, 
vienen persiguiéndome. 

Lucha con un movimiento 
una luciérnaga azul y tú, 
para ya, ¿no ves que hay una luz 
en el fondo de mi corazón? 


Atreverse a ser uno mismo siempre y a pesar de todo...

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